Del “consolador” al vibrador: la evolución de los juguetes sexuales

El vibrador ha alcanzado un protagonismo nunca antes visto. Puede ser que el mejor amigo del hombre sea el perro, pero el mejor amigo de las personas con vulva es más probablemente el vibrador.

Si por fin te has adueñado de tu vulva y de cómo funciona tu placer, ¡bienvenid@!  Si eres de los amantes del SexTech y las experiencias sexuales este tema te interesará muchísimo. Es hora de conocer un poquito más sobre los juguetes sexuales y lo que esconden sus nombres. En este post te contamos todo sobre ellos. Desde las diferencias entre los llamados “consoladores” y los vibradores más modernos, como también los que pueden ser indicados para ti y todavía no conoces. Pero antes… vamos a analizar un par de conceptos importantes. 

Una lección de historia y anatomía

¡¿Por qué durante tanto tiempo insistimos en llamar vagina a la vulva?! Bueno, ya está hecho. Pero, desde ahora, no cometeremos el mismo error. Llamar a las cosas por su nombre es fundamental cuando hablamos de sexo. 

A continuación enumeramos tres motivos de por qué esto es esencial para nuestra sexualidad: 

  • Sólo si conocemos con exactitud las partes de nuestros cuerpos podemos decirle a nuestra pareja sexual en qué parte debe enfocarse un ratito más
  • Porque el conocimiento nos ayudará a sentirnos menos perdid@s a la hora de elegir el juguete que más nos hace disfrutar a solas
  • ¡Para que nos empoderemos a la hora de hablar de los cuerpos femeninos! No hay nada malo en las palabras clítoris, vulva o menstruación.

¿Por qué todavía se habla de “consoladores”? Un poco de historia…

Cuando hablamos de “consoladores” nos resuena esa palabra… Debe ser porque es muy machista, ¡y porque desear un orgasmo no es necesitar consuelo! El consuelo es para quien está triste o preocupado, y lo cierto es que las personas deseantes y con vulva ya no estamos (ni deberíamos estar) tan preocupadas por quién se escandaliza con nuestro placer.

Al “consolador” hoy lo vemos como algo que guardamos en nuestro cajón privado. Sin embargo, no tanto tiempo atrás, todavía a finales del siglo XIX, era una herramienta terapéutica que se usaba para tratar la mal llamada histeria femenina. Dicha enfermedad se consideraba un deseo sexual reprimido de las mujeres. 

Incluso, desde el siglo II, se diagnosticaba principalmente en vírgenes, monjas, viudas y rara vez en mujeres casadas. Es decir, en mujeres sexualmente insatisfechas. Esta idea es producto de no considerar a las mujeres como seres sexuales y de pensar que es algo atípico encontrar en ellas fantasías o deseos de tipo sexual. Entonces era considerada una enfermedad psiquiátrica originada en el útero y que debía ser atendida ahí mismo.

Por supuesto, estos “tratamientos” se extendieron en los sitios más lujosos de Europa y Estados Unidos. Y así, en 1902, ya empezó a comercializarse y llegar a los hogares. Pero cuando a mitad de siglo el cine comenzó a mostrar que las mujeres se divertían un poco más de la cuenta, y que quizás no se estaban “curando de enfermedades”, el vibrador pasó a ser un simple juguete sexual y un terrible secreto femenino más.

La palabra “consolador” nos puede molestar por sus connotaciones machistas y debemos cambiarla cuanto antes, así que ¿por qué no usar simplemente “juguete sexual”? De entre los que se usan en la vulva, queremos contarte que hay dos tipos: técnicamente no es lo mismo hablar de dildos que de vibradores.

vibrador

Dildo versus vibrador

El dildo

  • No es nada nuevo, data del siglo IV a.C. 
  • Es cilíndrico y alargado, diseñado para introducirse en la vagina o el ano.
  • Puede ser de color fantasía o indistinguible de un pene. Incluso algunos incluyen testículos. Puede tener puntas extravagantes , pero no tiene vibración.
  • Puede ser de vidrio, de látex, metal o de materiales mezclados.

El vibrador

  • Un vibrador, ¡sorpresa!, vibra. Y es eso lo que lo hace fantástico.
  • No está pensado exclusivamente para la penetración, ¡es mucho más versátil! Puede estimular el clítoris o cualquier zona erógena, como el ano, los pezones o los muslos.
  • Los hay de todas las formas: desde un succionador de clítoris con forma de pingüino y un anillo mega moderno hasta un objeto que querrás lucir en tu salón porque tiene un diseño increíble.
  • Llevan pilas o cargador, y a veces hasta control remoto

Cuando elijas tu juguete ponte a pensar ¿te importa la penetración, te divierte más jugar con el clítoris, o las dos cosas al mismo tiempo? 

¡Con eso en mente, toma un espejo y explora tu cuerpo! Luego podrás determinar si lo tuyo es el succionador de clítoris, el anillo vibrador o el falo de látex sin vibración pero con ventosa. En el artículo ¿Cuál es el mejor juguete erótico para mí? te contamos acerca de cada uno de estos productos y otros tantos. 

Ya tienes todo en tus manos para disfrutar: un gran juguete sexual quizás pueda darte tu nuevo mejor orgasmo. ¿Estás list@ para probar?