Para la mayoría de los hombres hablar de sexo no es necesariamente un tabú. Pero sí que lo es hablar de juguetes sexuales para hombres o personas con pene. Y esta es una realidad que viven los hombres desde que asisten a la secundaria. Incluso, es común que mientan sobre el número de parejas que han tenido en su corta vida. En la universidad, sobre quién será su próximo ligue; en el trabajo, en el gimnasio, etc. Todo tema sobre el sexo parece ser algo que no temen discutir entre ellos. O bueno, casi todo.
¿Qué tan común es escuchar a un hombre hablar del juguete sexual que está utilizando? Porque aunque sea un juguete sexual para él o de la pareja, es un tema prohibido. Hasta parece que es el único tema de la vida sexual que es tabú para los hombres.
El aspecto saludable y positivo del uso de los juguetes sexuales es envuelto por una vergüenza colectiva. Y esto impide la conversación sobre este tema, y por lo tanto también quizá sobre su aceptación y uso. ¿A qué se debe esta vergüenza? ¿De dónde viene? En este artículo hablaremos justamente de esto.
¿Por qué aún hay un estigma en el uso de juguetes sexuales para hombres?
En los últimos diez años ha crecido significativamente la venta de juguetes sexuales para hombres. Nos gusta mucho saber que han aumentado un mil porciento en los últimos 10 años. Sin embargo, existe un gran contraste entre los números de las ventas y la cantidad de hombres que admiten usarlos. A primera vista, podríamos pensar que esta diferencia viene dada por la vergüenza. Específicamente, por la manera en la que la sociedad ha presentado la masturbación y la sexualidad desde sus orígenes.
Pero si miramos con lupa el estigma que hay entre la población masculina, quizás encontremos algo particular de ese grupo.

Responsabilidad propia
Algunos sugieren que el prejuicio está presente por responsabilidad propia. Cristen Conger, una escritora y activista experta en temas de sexo e igualdad de género, publicó un video en donde explica las posibles razones de este estigma. En él propone que el estigma ha sido interiorizado y los mismos hombres no se atreven a usar un juguete sexual aunque nadie lo sepa.
En el vídeo explica que de entre los hombres que reportan haber usado un vibrador, la mayoría lo hace únicamente con su pareja femenina, y no solos. El 44.8% ha usado un vibrador; pero solo la tercera parte de ellos lo usa por su cuenta. Esto revela que hay una autoconcepción del significado de ser hombre, independientemente de lo que sepan o digan los demás. El diario Independent de Inglaterra también ha tratado de dar razón a este problema.
Además, identifica que la premisa de que no hay nada más masculino que conseguir el placer a través de medios propios, ha sido un eslogan de la masculinidad desde hace mucho tiempo. Desafiar este dogma ha significado desde entonces, según esta lógica, perder la hombría.
Influencias culturales y religiosas
Sin duda buena parte de nuestro comportamiento está influenciado por la manera en que somos educados. Y la religión es una fuerte fuente de ideas acerca de lo que concebimos como correcto o incorrecto. Aun si no somos religiosos, algunas ideas nos son influidas de manera cultural y social.
En cuanto a la sexualidad, es común que las religiones o sus interpretaciones impliquen perspectivas negativas. Sin que los juguetes sexuales entren en la conversación, la masturbación es vista con malos ojos por diversas religiones.
Incluso, cuando no se hacen juicios explícitos, es común que cuando somos jóvenes tenemos un cierto nivel de culpa. Y esto es atribuible a la crianza religiosa que recibimos nosotros o nuestros padres. También se debe al contexto cercano en el que nos desarrollamos. Tal es el caso de Ally, con quien quizá podemos identificarnos en algunas de nuestras creencias.
Estereotipos por el uso de juguetes sexuales que vienen de medios populares
También se puede decir que los estigmas son causados por estereotipos. Y que estos estereotipos llegan a nosotros como representaciones engañosas a través de medios populares. En ese sentido, la publicidad, las películas, los medios de comunicación e información, han tenido un rol importante. Podríamos encontrar una causa aquí. Al ver un producto catalogado como juguete sexual o tecnología sexual para hombres, ¿en qué piensas?
Lo más probable es que imaginemos a la ya bien conocida muñeca sexual inflable de los años setenta. Aquí te hablaremos de más juguetes sexuales para personas con pene, pero ése es un buen ejemplo para examinar nuestra percepción.
Este ha sido un prejuicio importante. Un hombre que guarda en su clóset una figura hecha de vinilo, látex y silicona para satisfacerse, seguramente lo hace en secreto, porque podría parecer patético. “¿Acaso no es capaz de tener una pareja?” “¿No se satisface a sí mismo suficientemente?”¡Cambiemos esta idea!
Curiosamente, esta vergüenza está ligada a prejuicios tanto machistas como homofóbicos. Un hombre que utilice un masajeador de próstata puede tener miedo a ser catalogado como homosexual.
Lo dijimos unas líneas antes. Un hombre que se siente a gusto utilizando un dispositivo para estimularse sexualmente no tiene nada de malo. No afecta su moral ni su hombría, ni tampoco significa que sea homosexual. Analicemos esto más en detalle a continuación. ¡Sigue leyendo!
La venta de juguetes sexuales para hombres ha aumentado un 1000% en la última década. Sin embargo, son muy pocos los hombres que admiten usarlos. ¿A qué se debe el tabú? ¿Qué dicen los expertos?
¿El gusto por los estimuladores es un asunto de género o de identidad y preferencia sexual?
Spoiler alert: ¡no lo es!
Quizá el hombre ha sufrido una trampa puesta por él mismo o por la sociedad que lo rodea. Socialmente las prácticas sexuales siempre se han tornado principalmente en el placer del hombre. Y en esa dirección, la responsabilidad de conseguir el placer ha recaído en los hombres. Ya sea a través del sexo con otra persona o consigo mismos.
Hemos asumido que es su obligación ser activos. Y en algún momento se nos ocurrió que recurrir a medidas auxiliares sugiere entonces una falta de masculinidad. Se da por sentado que si un hombre siente curiosidad sobre su propia sexualidad es porque no logra satisfacerse por sí mismo, y que por lo tanto no es un hombre por completo. ¿Tiene sentido este razonamiento? Seguramente no lo hacemos conscientemente y simplemente hemos asumido en conjunto que así es como son las cosas.
Juguetes sexuales en el sexo en pareja
La idea de que el hombre es el responsable del placer ha sido extendido al sexo en pareja. Si la pareja de un hombre quiere experimentar con juguetes, hay una tentación grande por interpretarlo como un reproche. Se interpreta como que busca satisfacción en un agente externo porque no encuentra placer en la relación sexual con él. Pero hay otra forma de verlo más plausible. Y esta es que la pareja es sexualmente curiosa, que hay deseos de experimentar y ampliar el placer. En esa línea, la aplicación de las tecnologías es una opción que tiende a beneficiar la vida sexual conjunta.
Suena mejor, ¿no? ¡Al final lo que queremos es sentir de la manera más placentera posible! Jugar, divertirnos y explotar todas las posibilidades de nuestro cuerpo para alcanzar inimaginables niveles de satisfacción y disfrute.
Existe una gran cantidad de juguetes sexuales para personas con pene, sea para usarse en solitario o en pareja. Si aún no los conoces, ¡explóralos!
Esto es un indicativo de que estamos en presencia de una ola de información, de creatividad y de apertura en la que nos incluímos to@s. Hoy podemos entender que todo lo que el hombre (al igual que todos) sea capaz de hacer y aprender en relación con su sexualidad e identidad no le hace sino más poderoso sexualmente.