Para hablar de sexualidad humana, es necesario entender que las formas de entenderla y disfrutarla varían de persona a persona. Aunque es posible clasificar y reunir individuos en ciertos grupos, precisamos entender que muchas personas encuentran su sexualidad en la intersección de varios de esos grupos. Y esto se debe a que una persona no se reduce ni a su cuerpo ni a con quién le gusta tener sexo, por ejemplo, sino que consta de una combinación de diferentes aspectos: su sexo, identidad, expresión y atracción, como muestra esta representación gráfica de genderbread.org.

Cada una de estas categorías, además, puede ser entendida como un crisol, o un espectro, en el que podemos tener cero o total presencia de una de sus posibles manifestaciones. Por ejemplo, tomemos la expresión de género, en la que podemos tener algo de feminidad y nada de masculinidad, o mucha masculinidad y un poco menos de feminidad, o cualquier posible combinación que puedas imaginar.
¿Pero cuáles son las diferencias entre cada concepto? Aquí tratamos de desglosarlas y presentar de manera más clara cada rama de todas las características que nos conforman como personas. Y con una importante aclaración: en materia de género e identidad, ningún concepto es universal ni eterno, sino que los términos se van construyendo y ampliando en función de cómo nos entendemos y nos identificamos. Por eso nos encanta el genderbread, porque se va actualizando. Así que te explicamos lo que aquí, en acuerdo con la versión cuarta del genderbread es vigente, y según las confusiones más comunes que percibimos.

¿Cuáles son las diferencias entre sexo, género y orientación sexual?
Para empezar, lo primero que podemos decir es que sexo, género, y orientación sexual NO son lo mismo. Estas diferencias radican en distinguir entre nuestro cuerpo con sus características biológicas y otros aspectos más complejos de nuestra personalidad y nuestros intereses.
El sexo es determinado por los genitales con los que nacemos, y nuestra condición biológica y genética al nacer. Es decir, podemos tener pene, ovarios o, en menos casos, pero significativos, ambos genitales o ninguno. Y no sólo los genitales, sino otras características biológicas como la presencia o ausencia de determinadas hormonas como la testosterona, estrógenos, etc. El sexo está dado desde que nacemos y al menos en origen no es algo que decidamos, salvo que en una edad mayor decidamos someternos a un tratamiento para reasignarlo.
El género en cambio es una construcción social, cultural, y psicológica que clasifica a las personas según ciertas características, actividades, y actitudes como hombre, mujer, u otras categorías no binarias. El ejemplo más clásico es el de cómo vestimos: los pantalones o las faldas no son algo que esté marcado en nuestros cuerpos de forma natural, sino que son asignados en cada cultura de manera variable. Lo mismo las tareas que consideramos femeninas o masculinas y las actitudes. Tan son construcciones sociales, que sabemos que hay culturas en las que los machos llevan faldas, o en las que las hembras están a cargo de encabezar a los grupos, etc.
La orientación sexual, por último, es determinada por quién nos atrae, quién nos gusta, y con quiénes nos gusta relacionarnos sexual y/o amorosamente. Entonces, puedo tener órganos de hembra, un género construido socialmente, y además sentir atracción por otras hembras o por machos.
Entonces hay características que sí dependen de mí y mi autopercepción. Pero todavía hay que distinguir algunas diferencias:

¿Qué es la identidad de género, y cómo se diferencia de la orientación sexual?
La identidad de género es el género con el que nos identificamos, independientemente del sexo biológico al nacer, y del rol de género que la sociedad en la que vivimos nos haya asignado.
La orientación sexual es hacia quién sentimos atracción sexual, emocional, y/o romántica.
Es decir, la identidad de género está relacionada con quién soy, y la orientación sexual con quién me gusta.

¿Qué es la expresión de género?
La expresión de género es la forma en que una persona decide expresar su género, como la forma de vestir, de actuar o de comportarse, y no está ligado necesariamente a la identidad de género convencional. Una persona puede identificarse como mujer, y no actuar o vestirse como lo que la sociedad a la que pertenece entiende por femenino. Las personas no binarias, por ejemplo, no se visten ni actúan de acuerdo al estereotipo femenino o masculino.
¿Entonces cuántas identidades de género existen, y qué significa ser cisgénero?
Según lo establecido por la ONU, la sigla LGBTI comprende a Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales, e Intersex. Algunas otras formulaciones de la diversidad sexual identifican LGBTTTIQA, o incluso agregan el símbolo + para referirse a otras posibles identidades.
Pero de todas estas letras, distingamos que algunas hacen referencia a identidades y expresiones de género, y otras a orientación sexual.
Las identidades de género son, tradicionalmente, mujer y hombre. Estas son las categorías hegemónicas, particularmente cuando se identifican con el sexo biológico asignado al nacer. Pero cuando una persona con órganos masculinos no se identifica como hombre, o cuando una persona con órganos femeninos no se identifica como mujer, surgen las identidades trans.
Una persona transgénero es una persona cuyo género con el que se identifica no coincide con su sexo biológico.
Una persona transexual es quien, además, tiene un proceso físico y químico de reasignación de sexo.
Una tercera T en el abecedario de la diversidad hace referencia a las personas trasvesti, que, independientemente de su sexo e identidad de género gustan de vestirse con expresiones de género tradicionalmente asignadas al sexo opuesto.
Las personas cisgénero son aquellas cuya identidad de género coincide con el género que le fue asignado al nacer.
Otras identidades de género son queer, género fluido, sin género, bigénero, intergénero, tercer género, y pangénero.

¿Cuál es la diferencia entre intersex y queer, o cuir?
Las personas intersex son aquellas a las que los protocolos sanitarios no consiguen ubicarlas en el casillero de lo masculino, ni de lo femenino, por variaciones sexuales que pueden ser biológicas o fisiológicas. Una de las mayores luchas de este colectivo es con respecto al derecho de decisión sobre el propio cuerpo. En los primeros días de vida, si el recién nacido presenta una genitalidad no definida, dudosa, o no desarrollada, se realiza una intervención para ajustar los genitales de esa persona a los cánones de sexualidad o masculina, o femenina.
El término queer, o cuir, tiene un origen complejo. Queer, cuyo equivalente en castellano sería “marica,” era la forma en que eran llamados las personas homosexuales a finales de los años 80. Frente a la expansión de la pandemia del SIDA, la pasividad de las autoridades, y la discriminación de la comunidad heterosexual, el movimiento queer inspiró varios otros movimientos como las lesbianas de color o las pornógrafas feministas para luchar por sus derechos. Ser queer es desaprender los conceptos de la masculinidad y feminidad que oprimen y no aceptan al homosexual.

¿Cuántas orientaciones sexuales existen?
Si entendemos que la orientación sexual es determinada por el género por el cual sentimos atracción romántica, sexual, y emocional, el número de orientaciones sexuales depende del número de géneros que existan/sean reconocidos.
De todas formas, es posible realizar algunas caracterizaciones con respecto a la orientación sexual. Es posible identificar el comportamiento heterosexual, homosexual, bisexual, pansexual, y asexual.
¿Orientación sexual es lo mismo que tendencia sexual?
Estudios recientes demostraron que hay patrones de comportamiento sexual que no pueden encuadrarse dentro de lo que es considerado homosexualidad, o heterosexualidad, por ejemplo. Aquí son introducidos términos como androfilia, y ginecofilia, andromimetofilia y ginecomimetofilia.
Androfilia hace referencia a las personas que sienten atracción por individuos del sexo masculino, sin importar la orientación sexual de esa persona masculina. Andromimetofilia se refiere a personas que sienten atracción sexual por personas identificadas como femeninas, pero que presentan rasgos culturales o sociales considerados masculinos.
Ginecofilia se refiere a personas que son atraídas por individuos del sexo femenino, sin llevar en consideración la orientación sexual de la persona por la que sienten atracción. Ginecomimetofilia, a su vez, engloba a las personas que sienten atracción por individuos del sexo masculino con características cultural y socialmente asociadas a las personas de sexo femenino.
Etiquetar, clasificar, y delimitar diferencias con lxs otrxs es una forma de establecer nuestra propia identidad. Es común reforzar elementos de nuestra individualidad a través de colocarnos en el lado opuesto de una ideología, apariencia, o comportamiento. Y en este sentido, identificarnos con un nombre ayuda, especialmente para la generación de comunidad y de empatía.
Sin embargo, cuando hablamos de sexo, el uso de etiquetas es un arma de doble filo. Por un lado, nos puede ayudar a entender y hasta diferenciarnos de otrxs, pero por el otro es también limitante. Y el sexo, al menos desde nuestro parecer, es expansivo, experimental, libre, y no debe ser (o al menos no parece una buena idea) limitarlo, contenerlo, o simplificarlo a una idea fija, estática, y monótona. ¡Lo importante es que seas quien eres! Y que entendamos y respetemos la diversidad, como clave para la convivencia humana.
Más información y referencias:
https://es.wikipedia.org/wiki/Orientaci%C3%B3n_sexual
https://mejorconsalud.as.com/tipos-identidad-genero-existen/
https://www.genderbread.org/resource/genderbread-person-v4-0